Wednesday, June 4, 2008

CAPITULO 3

Veinte años mas tarde, Eduardo se encontraba en un viaje de negocios en el aeropuerto Charles de Gaulle en Paris. Había tomado un vuelo en Frankfurt y debía hacer conexión en Paris para volver a Buenos Aires, por lo cual tenía unas horas de espera en el aeropuerto. Era un pasajero en tránsito. Había salido de Alemania, pero no habia entrado en Francia, tecnicamente. Estaba en ningun lado, en un limbo geográfico.
Mientras esperaba en el club de American Airlines, se puso a ver TV. Había poca gente por lo cual se sentó en una de las salas y tomó el control remoto del televisor. Comenzó a cambiar canales buscando algo interesante. Encontró una película de suspenso, sobre un asesinato casi perfecto, que lo mantuvo entretenido hasta el final. A medida que avanzaba en la trama, su interés crecía y crecía. Si bien el paso de los años habia adormecido un tanto su plan de venganza, su sed de justicia, no había olvidado su mision pendiente con su padrastro. Los años habian pasado pero sus recuerdos eran vívidos como en el primer dia. Sus intenciones no habian cambiado para nada. Tenía una asignatura pendiente y en algún momento la cumpliría, solo debía encontrar el momento oportuno y el plan adecuado. Esta película solo estaba haciendole resurgir la memoria, reavivando su odio y reafirmando sus deseos.
En la película, el asesino era finalmente descubierto, siempre cometen algun error. El crimen tenía lugar en la isla de Puerto Rico, en un avión de bandera inglesa, y la víctima era un diplomático francés. Esto había creado una maraña legal para las autoridades, ya que varias agencias clamaban el derecho de investigar el crimen. Los ingleses aducían que el asesinato había tenido lugar en territorio inglés, lo cual era cierto, ya que los aviones, como asi también los barcos, o las embajadas, son territorio soberando del país de bandera. Los franceses reclamaban el derecho de investigar la muerte de un diplomático de su país. Los portorriqueños obviamente fueron los primeros en la escena del crimen, por lo cual la policía local estuvo involucrada desde el primer momento. Y finalmente, el FBI pretendía acaparar la investigación al tratarse de un asunto “federal” en un territorio asociado. Esto había complicado y retrasado significativamente la resolución del crimen, y era exactamente lo que el asesino había buscado. Tambien había dificultado el análisis y procesamiento de la evidencia, y esto también era algo con lo cual el criminal contaba. Pero todo crimen, por mejor planeado que sea, siempre deja evidencia, aunque mas no sea el cuerpo del muerto. Para el investigador avezado, para los equipos de investigación criminalística, las pruebas existen, solo hay que saber buscarlas, saber encontrarlas, saber donde mirar. “No existe el crimen perfecto” decía el agente del FBI que finalmente había resuelto el caso. El asesino habia sido descubierto por un detalle del que no tenia conocimiento: el video de uno de los pasajeros que en ese momento se encontraba filmando a sus hijos que viajaban en avión por primera vez. El pasajero no tenía ni idea de cuan valiosa era su filmación, como tampoco sabía que su película había captado evidencia fundamental para resolver el crimen. En una de la imagenes donde filmaba a sus hijos jugando, se veia a lo lejos al asesino en situación sospechosa, una actitud que no había logrado explicar a las autoridades, y que finalmente sería el detalle crucial para resolver el caso.

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